Cuando por fin pude concretar esos deseos, no me detuve jamás.
Les presento aquí las pocas imágenes que conservo de esa gran primera experiencia.
La chica se llamaba Clara, la recogí en una playa, era uuy joven e inexperta. Mi partner masculino era mayordomo en mi mansión veraniega. No diré la locación por razones obvias.














Mi siguiente juguete me esperaba sumida en dulces sueños, dos días después.
