A esta idiota la convencí de desfilar en tetas por las calles de un pueblucho.

Era una modelo de mi agencia que quería ganar una campaña publicitaria millonaria que la catapultaría a la fama.
Después la llevé al puerto...

Para presentarle mi dildo.

Sí, adivinaron, esta belleza de cuerpito soy yo, yo y mi dildo, sin él no voy a ninguna cita con chicas. Muchos amigos me han insistido para que muestre mis dildos, no creen que me cojo a las pendejas como si fuese varoncito.
Con él abro coñitos y ojetitos de las pendejas más lindas.
A la morena del puerto la hice gritar como marrana. Fue fantástico. Después le negué la campaña. No podía ser tan puta de regalarse así de fácil.
Madame Marie