Con cada foto me ponía más y más cachonda. De verdad era difícil controlarme.
Cuando vi ese culo, se me paralizó el corazón. Julieta me preguntó si me pasaba algo. Ni se dio cuenta de lo que yo tramaba. Seguimos haciendo fotos.
Pero cuando le dije que iba a comérmela, y le aclaré que me refería a que me la recontra cogería, se me puso a llorar y a suplicarme que la dejase ir...
Dejé la cámara y me abalancé sobre ella como una madre enfurecida, para tomarla del pelo y morderle la boca, y el resto de su cuerpo... deliciosa carne. Les pido perdón por no haber registrado ésa, mi cena.
Madame Marie