
Esta imbécil se atrevió a levantarme la mano.
Craso error. La hice, disculpen la palabra, mierda.
Fue increíble, la había ablandado, desnudado, basureado, la tenía lista para comérmela, y de repente saltó con que no quería nada de eso.
La dormí de un tortazo y me la hice en la cama.
Es un problema con algunas modelitos que se creen superiores a una, que piensan que pueden decidir sobre el deseo de una.
Recuerdo su nombre, Jésica, y sus labios delicados, y sus tetitas, ¡ay qué ricas!
Madame Marie