Estas son algunas de las chiquilinas que me levanté, a todas las inicié en el sexo y todas fueron noviecitas mías. Lo único que hice fue llevar al extremo sus deseos carnales adolescentes y darles el destino que pretendían: hoy todas son muñequitas de mi amigo Don Ramón.
Es maravilloso cuando una lolita se te entrega completamente. Corro con una gran ventaja al ser mujer y ellas agradecen todo lo que una hace con sus cuerpitos tiernos e inexpertos. Mis noviazgos con lolitas fueron siempre prolongados, les cuesta mucho desprenderse de mis caricias y penes postizos.
Una de las maravillas de mi actividad es juntar a dos lolitas en mi cama.
Chiquilinas que una ve todos los días en el colegio, con sus uniformes tan cachondeantes, y que sabes que horas después, por la noche, se acostarán contigo.

Así quedan los coñitos de las lolitas conmigo. Si tú chiquilla piensas que estoy alardeando, sabes cómo ubicarme.