

Me prometí que cuando montara la agencia la haría mía.












Pude estar frente a ella y quedé tarada, apenas pude tomarle una foto, y se me escurrió entre la gente. Miren qué belleza... como para no estar enamorada...





Y empezaron las producciones más "hot".

Pronto aparecieron los tan ansiados desnudos... bueno, semidesnudos.
Ya estaba crecidita, y yo afinaba mis contactos para llegar a ella.


Hasta que un verano supe que iba a estar en una playa cercana a mi mansión.
Fui al balneario durante una semana, y finalmente al octavo día ella apareció, y pasó enfrente mío, obviamente sin percatarse de mi presencia. Eso me dio bronca.
Pude tomar mi cámara y le tomé esta foto:

Como entonces tampoco se dio cuenta de mi existencia, la estuve siguiendo y observando los días siguientes. Iba todas las mañanas a la playa.
Un día fue sola y me atreví a acercármele.

Hice mi presentación pomposa y quedó sorprendida. Le dije que seguía sus campañas desde que ella tenía 12. Le molestó un poco ese comentario.
Charlamos un poco de su vida profesional y de la mía también.
Le propuse venir a tomarse fotos en el estudio de mi agencia. Al principio lo rechazó pero cuando le hice la oferta concreta aceptó inmediatamente.
Ese día en la agencia estábamos las dos solas, obviamente.
Así que pude pedirle hacer algunos desnudos. Se negó, pero cuando dupliqué la oferta aceptó.
Por fin podía verle esos senitos... ¡Dios, eran perfectos!
Ella estaba tan sexy, parecía que había pasado una mala noche, lucía cansada, y eso me excitaba intensamente.
Le tomé estas fotos, un poco cursis, pero qué importa.


Yo no aguantaba más, dejé de disparar y le dije que quería hacer el amor con ella, así nomás, sin prolegómenos. Me miró con la peor cara de culo, y aun así era preciosa.

Entonces le hice otra oferta que no podía rechazar.
La pensó unos segundos.

Para mi felicidad Naira dijo algo así como: "Bah, está bien. ¿Dónde lo hacemos?"

Cerré la puerta con llave. "¿Tenés miedo que me escape?", dijo socarrona.
Fui hacia ella para abrazarla y encajarle un beso. Fue uno de los besos más dulces y largos que recuerde. Naira me besó como ninguna otra chica antes, era una profesional en esto de cumplir tratos.
La acosté, me desnudé y me recosté sobre ella par chuparla toda... Sí, toda, la lamí con desesperación por todas partes, los muslos, la pancita, la cara, ¡y sus tetitas, ay Dios que tetas tan perfectas, redondas, firmes, carnosas! Me daban tantas ganas de morderlas hasta arrancárselas... A ella le encantaba que le chuparan las tetas.
La masturbé, le chupé el coñito y el culito, y luego vino la cópula como Dios manda.
Naira se impresionó al ver mi prótesis peneana, pero mucho más impresionada quedó de cómo me la cogí. Le di con tanto vigor que pensé que lograría romperla. Naira gimió todo el tiempo, sé que la hice acabar más de dos veces.
-Cogés como un tipo -me dijo jadeando como una perra cuando confesaba que iba por el cuarto polvo.
Ella era muy activa, nos revolcamos en la cama por horas.
Estuvimos saliendo por unos meses. Íbamos a cenar, al cine, al teatro.
Y nos las arreglábamos para apretar en baños y pasillos, eludiendo las miradas curiosas.
Yo realmente estaba enamorada.
Ella estaba feliz de recibir mi dinero en su cuenta bancaria.
Llegó el momento entonces de combatir el aburrimiento.
Le ofrecí mucho más por hacer felices a mis clientes, amigas y amigos.
Cuando los conoció no quiso saber nada, pero al saber que me perdería si no aceptaba, cambió de parecer.
Un día la tomé por sorpresa y la llevé a la mazmorra de mi mansión. Allí le hice lo que ninguna chica puede resistir.








A la semana siguiente, Naira acudía ante su primer cliente.


Odió chuparle la concha a la senadora.


Acá con un gobernador.


Éste es Adolfo, mi casero.


Acá con Jacobo, agroexportador:



Con el dinero que me hizo ganar Naira con estos favores carnales y la pornografía derivada de ellos, recuperé, hasta ahora, el doble de lo que invertí en ella.
Hoy Naira está en mi agencia, seguimos siendo amantes temporarias y compartimos orgías con los carcamanes de mis clientes y amig@s, tod@s ell@s políticos, jueces, grandes empresari@s.
Madame Marie